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Surf legends: Fernando Ferrao

Ha pasado por todos los estamentos del surfing y también de la vida. Una persona que transmite serenidad incluso a través de la pantalla.
Fernando Ferrao. Foto: Jon Ruiz

«Decir que en el Cantábrico hay más de 100.000 surfistas creo que se queda corto»

Ante todo, ¡buenas Fernando! Que sepas que nos alegra muchísimo tenerte por aquí. ¡Cuéntanos! ¿Qué tal todo? ¿Por dónde andas ahora?

Todo bien, seguir sigo en Gijón, casi es la única constante, mi ciudad y el surf.

Tema surf… ¿Continúa formando parte de tu rutina? ¿Sigues conservando las mismas ganas? Háblanos un poco acerca de cómo lo vives ahora

Sigo surfeando sí, ganas de surfear siempre hay, pero la aproximación es distinta. Ahora aprecio más el estar en el agua, el medio, más que el coger muchas olas, me sacio también con todo lo demás. Pero eso sí, cuando veo venir una ola buena, me pongo igual de nervioso que hace 25 años.

Tenemos entendido que te dedicas a algo relacionado con las terapias energéticas y diferentes aspectos electromagnéticos que influyen en la salud y el nivel de ansiedad de una persona, ¿no?

La terapia es algo que ha llegado a mí y que me ha hecho sentir lo mismo que el surf en su día, es decir, la certeza de saber que va a formar parte de mi vida. Es algo que me encanta y me llena muchísimo. Me hace sentir muy bien el poder ayudar a los demás.

Esta terapia ordena la energía vital del cuerpo. Las emociones (preocupaciones, miedos, dudas, rabia..) impiden el flujo normal de la energía haciendo que se acumule en unas áreas y que falte en otras, creando desórdenes que tendrán un reflejo en la salud física, de mayor o menor gravedad, en función de la intensidad y duración de estas emociones. Funciona muy bien para la ansiedad, el estrés, insomnio, la apatía y para afecciones físicas directamente ligadas a malos hábitos emocionales.

¡Joe qué interesante! Y, ¿cómo surgió todo? Ya que no se trata de un tema muy común, cuéntanos cómo comenzaste con ello y dinos hasta qué punto puede influir en el bienestar de una persona. ¡Ilústranos!

Los últimos años he vivido acontecimientos bastante duros en mi vida personal que me llevaron a lo que se podría definir como “pasarlas canutas”. Mucho dolor y mucho sufrimiento me hicieron tener que aprender a gestionarlo y a superarlo. La terapia llegó por “casualidad” cuando buscaba ayuda para mi madre que enfermó de cáncer. A mi madre le gustaba el yoga y pensé que buscar una ayuda “alternativa” para complementar el tratamiento convencional podría ayudarla (era cuestión de sumar). Entonces llamé a una amiga que vivía en Ibiza y que yo sabía que hacía algo de esto y me remitió a un amigo suyo de Gijón, el cual resultó ser un surfero que conocía de hacía muchos años (y que, de hecho, había sido alumno mío en un curso de perfeccionamiento para adultos). Mi madre probó y le fue bien así que un día decidí probar yo y ahí conocí la P.H o terapia de “Filtros”.

Desde la primera vez que la pruebas notas el efecto calmante que tiene. El “ruido” diario de todas las pequeñas preocupaciones, que cuando las vives parecen tan importantes pero que en realidad no lo son, desaparece, y todo lo importante que vas tratando de ignorar y que te perjudica se te va poniendo delante para que no sigas haciéndolo.

Es una terapia de salud que actúa sobre el origen de la enfermedad. La enfermedad no es más que nuestro propio cuerpo diciéndonos que algo estamos haciendo mal y con la terapia identificamos claramente qué nos perjudica para liberarlo o dejar de hacerlo. El cambio que produce es muy grande ya que hace que cambie tu percepción del mundo y de tu cuerpo y esto te ayuda a priorizar lo verdaderamente relevante en tu vida.

Es algo altamente recomendable, pues estés como estés, estarás mejor después del tratamiento.

Por otra parte, también habías estado vinculado comercialmente a diversas marcas. De hecho ese era el vínvculo habitual con el mundo de surf por parte de muchos surfistas de tu generación, una faceta profesional que hoy es más complicada de conseguir dada la situación actual.

¿Qué opinas tú al respecto y, sobre todo, qué faceta es la que le queda (o debería explotar) un surfista con cierto nivel y contacto con una marca?

Sí la verdad que éramos unos cuantos los surfistas que hacíamos labores comerciales en nuestro sector a finales de los 90 y principios de los 2000.

Yo fui comercial de marcas de surf desde 1996 hasta 2013. El mercado ha cambiado mucho puesto que ha cambiado el cliente, la economía y los hábitos de consumo. La mayoría de los comerciales llevábamos representaciones de ropa o complementos de «moda surfera» y esa parte del negocio se ha resentido mucho. La ropa de marca ya no está tan valorada como antes y la ropa «sin marca» de las grandes cadenas forma parte de la elección diaria de una parte muy grande del mercado.

Espero que esto cambie ya que el consumo de textil está bastante fuera de control. Se compra mucha ropa «low cost» cada temporada y es ropa que no dura y se tira y la industria textil es la 3ª industria más contaminante del mundo.

Por otro lado lo que ha crecido una barbaridad es el deporte en sí. Nunca ha habido tantos practicantes como hay ahora, sumando surfistas de todo el año y los ocasionales de los cursillos, decir que en el Cantábrico hay más de 100.000 surfistas creo que se queda corto. Si calculásemos como las estaciones de ski, que suman los practicantes diarios para dar una cifra anual, pues podríamos decir que hay unos cuantos millones de practicantes al cabo del año.

Por ello el futuro para los comerciales está en el material duro: trajes, tablas (de fibra y de escuela), accesorios, etc. Y todo lo que rodee a la práctica del deporte en sí.

Hablando de esos años, ¿cómo recuerdas, en tu época de competidor, eso de establecer contacto y llegar a conseguir apoyo de una marca? Una vez que se conseguía, ¿qué es lo que podía hacer uno para llegar al siguiente nivel?

En mi caso, el contacto vino propiciado a través de una tienda. Cuando Jorgito, de la tienda «Arenas», confió en mí para formar parte de su equipo. Fue a través de él como llegó el primer patrocinio de una marca de ropa (Scorpion Bay). En aquella época no tenía palmarés que justificase el patrocinio, así que la confianza de Jorgito fue fundamental.

En 1996 gané mi primer campeonato y por aquella época comencé a llevar tablas Slash, quienes a día de hoy se siguen «enrollando» conmigo, a lo que no le puedo estar más agradecido. Marcos es un shaper impresionante y hace unas tablas de muchísima calidad, creo que no somos conscientes de lo que tenemos en casa.

El siguiente nivel era parsar a formar parte del equipo europeo de alguna marca de las importantes: Quiksilver, Billabong, Rip Curl, O´neill… Y para ello ya tenías que tener buenos resultados a nivel nacional, en el tan añorado circuito Ballantine´s y poder, al menos, defenderte en el circuito europeo EPSA. Los patrocinados a nivel europeo ya cobraban en efectivo y tenían primas por apariciones en las revistas, pero yo ahí ya no llegué. Podría poner muchas excusas, pero la verdad que había muchos surfistas muy buenos y yo no lo era tanto jajaja.

Y en contraposición, ¿cómo lo ves la escena de hoy?

De aquella había que ser competidor para poder «sobrevivir» de ello y el único que fue realmente profesional en aquella época fue Eneko Acero, al menos hasta la llegada de la siguiente generación, la de Guti, Gony, Hodei, Jonathan y, por supuesto, Aritz Aranburu.
Ser competidor es realmente duro. La gente no es consciente de lo que supone ser eliminado en la primera manga cuando te has hecho 24 horas de avión hasta Australia y te has gastado 3.000 € en el viaje, te vuelves a comer otras 24 horas de vuelta pensando en lo que salió mal en esos 20 minutos de manga. Los free surfers que había eran grandes estrellas internacionales como David Rastovich o grandes personajes como Donavon Frankenreiter. Aquí en Europa el que se ha reinventado para poder vivir un sueño ha sido el gran Kepa Acero, que es nuestro freesurfer, gran persona, gran carácter y un espíritu libre que vive apasionadamente.

En cuanto a piquillas… Yo la verdad que no he tenido con nadie, al revés, hice muchos amigos y me encantaba ver surfear a los mejores.

Como dices, en esa época abundaban los personajes carismáticos con perfiles muy diferenciados que tenían toda una historia detrás. Hoy día parece que ya no tanto…

¿Ha supuesto la profesionalización una mejora en el rendimiento físico pero un empobrecimiento de la esencia en la mayoría de los surfistas?

La verdad que la profesionalización ha eliminado a los personajes del circuito, gente con un talento descomunal cuyo lado oscuro impedía rendir al 100%. Como por ejemplo el gran Nicky Wood, que aún tiene el record como el surfista más joven en ganar una prueba del circuito mundial (Bells Beach con 16 años), Shane Herring, que batió al mejor Kelly Slater o el grandísimo Robbie Page, que ganó el Pipe Masters en 1988 y que en el 1992 disfrutó de 66 días de pensión completa a cargo del estado japonés por traer unos «cromos» que compró en Amsterdam jajajaja…

A día de hoy lo más parecido que tenemos es Matt Wilkinson y ahora ya ni eso, que desde que lo cogió Glenn Hall le ha puesto las pilas y ya veis la que está liando este año jajaja.

Hablando de esencia y de historias propias…. Tú mismo tenías un blog donde compartías tus inquietudes. Háblanos un poco acerca del blog y de tus intereses…

Parece que hoy ya hay menos iniciativas así, más personales y que no buscan sólo la difusión social de un perfil, ¿no?

Sigo teniendo el blog, se llama «Lo Que Silba el Viento» es un blog de poemas, un lugar donde expresar lo que siento, sin más. No busco ninguna difusión y de hecho al principio me sorprendía mucho que la gente lo leyera, pero luego ves como las personas se identifican y te alegra mucho, especialmente en el caso de los textos que he dedicado a amigos fallecidos como «El Chanca» «Queima» o Miguel de White Shark, cuando sus amigos de toda la vida te dicen que se han emocionado leyendo esos pequeños retratos que les hice.

A día de hoy no enredo nada en internet aunque la mejor propuesta que conozco en la actualidad, sin duda, son los chicos de Olas Sin Barreras, me parece que están haciendo algo precioso, desde aquí les felicito y les mando mi enhorabuena y admiración. Gracias.


Volviendo a tu etapa competitiva…. ¿Qué recuerdas con más cariño: algún triunfo, alguna foto publicada…? De hecho no sólo apareciste en Surfer Rule o 3sesenta sino también en la mítica guía de José Pellón ¿Cuál era el mayor premio y lo que encontrabas más gratificante?

Triunfos no he tenido muchos pero, claro está, el primer campeonato que gané, que fue en Rodiles en 1996. Fue muy emocionante y el hecho de que te diesen de premio una tabla, (cuando mi quiver de aquella estaba compuesto por una tabla) fue la leche.

La primera foto te hace muchísima ilusión. Fue en una 3sesenta, en el número de agosto y ese septiembre fui a ver a los pros al campeonato de Zarautz que era la locura. Yo ni competía ni nada, sólo iba a verlo, pero mi melena, por entonces frondosa y rubia, atrajo a unos chavalillos que querían un autógrafo y justo venían con la 3sesenta en cuestión, así que aproveché la coyuntura y me vine arriba, busqué mi página y les firmé en mi foto y me quedé tan ancho jajaja. Años más tarde el karma me devolvería la jugada y cuando apenas había superado la treintena y me preparaba para darme un baño en Salinas un chavalito de unos 14 años se me acercó a la furgo y me dijo «¿Me deja un poco de parafina señor?» jajajaja.

A José Pellón le tengo muchísimo cariño. Siempre me ha tratado de lujo y un ejemplo es el que pusiera alguna foto mía en su guía o me «usase» en una de las historias que publicaba en el Surfer Rule. Todavía el verano pasado me envió un CD de Melopea por correo a mi casa… Es un grande, «el punk no ha muerto».

¿Alguna anécdota especial? ¿Alguien que recuerdes con especial cariño? 😉

Tengo muy buenos recuerdos de los viajes a los Ballantine´s con Fernandito, Sastre y Pablín. Me río yo del tercer tiempo del rugby, el disgusto de la eliminación te duraba bien poco jajaja. Muchas risas también con Chusín, Chuso y Yori. Hacíamos buena piña y nos juntábamos con todo el mudo. Y al volver a casa era parada obligada el pasar por el Tik a echar unos dancings. Lo pasamos muy bien y todos esos viajes te daban la oportunidad de conocer a mucha gente de otras comunidades, gente con la que a día de hoy sigues teniendo amistad.

Para Tapia hicimos una tradición durante unos años que era salir de viaje de lunes. El campeonato se hacía en Semana Santa, de jueves a domingo, y como era tal locura, decidimos ir unos días antes de relax a surfear por la zona, baños solos y tranquilidad antes de la «tempestad». Tapia eran días intensos de mangas viendo a lo mejorcito del continente, y noches extensas de pedo con lo mejorcito de cada casa jajaja.

Anécdotas mil. Pero no todas se pueden contar jejeje. Un año Dani Rodríguez se despertó en una barca del muelle con Spencer Hargraves y ninguno se acordaba de como habían llegado allí jajaja.

Otro de los aspectos que han cambiado son las distancias. Antes ir a Francia era como ir a otro mundo. Háblanos un poco acerca de los viajes que has hecho, spots que te hayan marcado y por qué lugares sueles mover ahora.

El viaje de surf que más he disfrutado fue el que hice a Maldivas en 2002. Las olas estuvieron bien, pero la compañía fue lo mejor. Me apunté in extremis a un viaje que ya tenían organizado unos amigos de Ferrol: Miguel Galeiras de la tienda Kirra, Super, Nano Couto y Emilio, representantes de Quiksilver y marcas afines, Keko comercial de Oakley y Pablo Chao amigo de todos ellos y un verdadero crack de persona.

Nos lo pasamos muy bien todo el viaje. Nos reímos un montón, sobre todo con unos japoneses que conocimos en el hotel que eran la monda. A los tíos les dibujamos un mapa de Europa en un papel, super currado con todos los países marcados para explicarles donde vivíamos, y cuando acabamos nos preguntaron que qué idioma hablábamos en Suiza jajaja, Les decimos otra vez que éramos españoles y van y nos pregunta que qué idioma hablamos en España, ¡ay mamina!, casi palmamos de la risa «… y estos querían invadir EEUU?!» decía Pablo Chao ¡qué noche nos dieron! jajaja … De morir.

Me encantó conocer Hawai y California. Poder ver el Pipe Masters y el Huntington Pro. Ambos son sueños cumplidos.

Me queda Indo. Sí Indo. Aún no he ido ni a Bali ni a sus alrededores. ¿Pasa algo? Jaja. Y también me gustaría ir a Australia, así que algún día iré.

Las olas de Francia me encantan, me gusta mucho ese tipo de olas orillera y tubera de fondo de arena: bajar, tapar, girito y a por otra. También me gustaría coger algún día una ola de esas interminables tipo Pavones o Chicama y una de piscina tipo wavegarden o «El Rancho» de Kelly, pero eso ya, cuando me toque la primi y me haga una en casa jejeje.

«Soy old school, me gusta transmitir a mis alumnos los fundamentos de surfing»

Con respecto al surf… Ha pasado de ser algo casi marginal y de unos poco fumetas a deporte olímpico…. Casi ná! 😉

Pues sí, éramos unos fumetas, al menos eso decía la gente. Recuerdo que mi padre me lo comentaba y que algunos amigos le decían que si no le daba miedo que su hijo estuviera en esos ambientes, y claro mi padre les decía «pues no me parece que sea muy mal ambiente, veo a mi hijo con 20 años que sale a tomar algo con los amigos el fin de semana y aparece a la 1:30 por casa diciendo que quedó mañana para ir a surfear y se levanta un domingo a las 8:00 para hacer deporte».

Pero es lo que había, las playas en general marcan una frontera y mucho «perdido» acaba parando por ahí. Muchos de los que la gente asociaba como surferos no habían cogido una tabla en su vida y acabábamos en el mismo saco.

Pues olímpicos nada menos… Creo que ya éramos olímpicos antes de que se inventaran los Juegos Olímpicos ¿No? O más aún ya que en nuestro deporte no necesitas que alguien pierda para pasarlo bien. De hecho pocos deportes hay que no haya que competir contra otros y en el surf el único objetivo es la pura diversión, el 95% de los practicantes no ha competido en su vida ni lo hará nunca.

No sé qué puede aportar el Olimpismo a mi deporte, sólo veo el desarrollo de la parte competitiva, que creo que es lo que aleja a los surfistas no competidores de las federaciones. Yo sólo quiero que se respete el entorno, que las playas no estén contaminadas, que no se destruyan las rompientes… Si algo de esto viene, pues nos alegraremos de ser olímpicos.

Tú mismo has sido profesor de surf, ¿no? ¿Cómo ves la proliferación y todo lo que envuelve a las escuelas? Muchos se quejan de una falta de regularización y, en algunos casos, hasta falta de profesionalidad…. ¿Qué opinas tú?

Este verano he vuelto a dar clases de surf. Hacía por lo menos 5 años que no impartía clases de iniciación y la verdad que hay muchísimos alumnos en el agua. En hora punta, a primeros de agosto, una ardilla podría ir desde el sur de Portugal al Norte de Francia, saltando de tabla en tabla sin mojarse jajaja.

Si esto sigue creciendo, lo primero que habrá que solucionar es el problema físico del espacio, ya que en Gijón este verano hubo días que parecía que ya no cabía ni un cursillista más. La falta de «profesionalidad» puede estar achacada a la falta de objetivos claros dentro de las escuelas. Por un lado, para poder definirte como escuela, lo primero que tienes que hacer es desarrollar una metodología propia, establecer unas pautas y que los monitores las sigan y las apliquen. Por otro lado, muchos clientes no vienen a aprender, sino a vivir una experiencia, por lo que las escuelas también son empresas de turismo activo. El que tenga una escuela y quiera que sus clientes «simplemente» se lo pasen bien, quizás no parezca muy profesional en cuanto a la formación de futuros surfistas, pero si lo sea en cuanto a la satisfacción de sus clientes.

Yo, como soy «old school», me gusta transmitir a mis alumnos los fundamentos de surfing y si me toca un día sin olas prefiero llevarlos a practicar cómo sentarse y cómo girar que a hacer juegos en la arena o el agua… Así que trato de que aprendan divirtiéndose, aunque creo que al final soy más pesado que divertido jajaja.

Y al margen del surf…. Metas o siguiente paso a dar. ¿Qué le pide a la vida Fernando Ferrao?

A la vida no le pido nada, pues todo lo que pueda pedir solo supondrá una limitación a lo que la vida me puede ofrecer, así que simplemente abro el corazón y siento la vida día a día. De momento tenemos un cuerpo y hay que disfrutar con todos los sentidos de esta experiencia única y maravillosa que es vivir.

Pues nada Fernando, lo dicho, ha sido un auténtico placer.
Esperamos que te lo hayas pasado tan bien contándonos esto como nosotros escuchándote.

¡Yo encantado! Muchas gracias por darme la oportunidad de poder contar alguna batallita, yo que no hice la mili, sólo puedo tirar del surfing para dar la turra jajaja.

Un abrazo a todos, espero veros por el agua, pero de uno en uno eh, no se me acumulen al pico 😉 Buenas olas. Disfruten de ellas que, como la vida, son únicas e irrepetibles.

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